En la ciudad, más que en ningún otro lugar, nos es difícil encontrar espacios de silencio. Quizá por eso, en algunas ciudades, al silencio se le ha tenido que dedicar una calle o pasaje, seguramente secundario y bien escondido…
Por tanto, más que en el silencio, durante esta actividad nos fijamos sobre todo en los sonidos y ruidos de la ciudad, para recrear, entre todos, una jornada cualquiera en formato sonoro.
A partir de un guión preestablecido aproximado, el conductor de la actividad asigna roles a cada uno de los asistentes y los hace ensayar el sonido correspondiente a su rol.
Una vez cada uno sabe cómo hará su sonido, el encargado de la actividad, tal como si fuera un director de orquesta, hace que el público reproduzca los sonidos de una jornada en la ciudad, desde que sale el sol hasta bien entrada la noche.
Espectáculo desarrollado en colaboración con Benjamín Alonso.